domingo, 5 de diciembre de 2010

Todo lo bueno se acaba

Aunque confío en que lo queda por llegar nos deje, al menos, la mitad del buen sabor de boca que nos ha dejado Tailandia (literalmente también, porque se come de cojón).

Os dejamos alguna fotillo más de esta bonita zona del país

Cervecita (también vale cubatita) y playita. Bea, esta va por tí ¿te animas?

Krabi

Con más de 30ºC y la gasolina en botellas de cristal (eso sí, con sombrilla)

Recuerdo de una medusa en el brazo de Ingrid (si, familiólogos y dermatólogos, ya lleva tratamiento)

Despidiéndome de Nemo ¡hasta pronto, amigo!

Los últimos días en la isla de Ko Lanta (todas las playas parecen mañicas, por eso de que siempre empiezan por Ko, je, je) fueron lluviosos, así que aprovechamos para descansar, pasear por la playa, y hacer algún nuevo amiguete como este

Cangrejo ermitaño

Así que, con enorme pena y un "hasta luego", nos marchamos camino de la, en teoría, caótica ciudad de Bangkok. El viaje fue toda una aventura: ¡Catorce horas de autobús para hacer 700 kilómetros! Eso si, al menos vimos dos películas "de tortas" para pasar el rato entre parada y parada. Durante una de las mismas en una gasolinera, nos sorprendió un cartel en el que prohibian beber alcohol bajo pena de 200 euros o ¡6 meses de cárcel!. Eso sí, se podía fumar, al contrario que en los parques al aire libre en los que está prohibido... No, yo tampoco lo entiendo.

50 eurazos por fumar en el parque
Las horas pasaban muuuuuy lentas mientras intentaba buscar una postura para cabecear un rato, cuando de repente, vi un pequeño ratoncillo que correteaba por el pasillo. Me frotaba las manos imaginando el momento en el que tocara algún pie y lo descubriera alguna fémina, pero no hubo suerte. 
Como curiosidad, comentar que los autobuses y algunas furgonetas de Tailandia son híbridos, motivo por el cual había que parar varias veces durante cerca de una hora a recargar baterías. Ecológico, pero poco práctico para viajes de largo recorrido.

Y finalmente llegamos a Bangkok. Tras dejar las mochilas en el hotel y con cara de "salientes de guardia" por no haber dormido en toda la noche, nos fuimos a pasear por la ciudad. Por la mañana nos fuimos al templo de Wat Pho, también conocido como "el del Buda gigante", ya que tienen un señor Buda de 46 metros tumbado a la bartola con cara de estar, pues eso, muy relajado.

No pudimos conseguir ninguna foto mejor de los tres

¿A que parezco un samurai?

Para llegar hasta allí utilizamos un curioso sistema de transporte, el barcobús; es un pequeño barco que va haciendo paradas a lo largo del río. Barato, rápido y entretenido a la vez.

Navegando por Bangkok

Por la tarde, a callejear. Nos acercamos hasta uno de los famosos mercadillos de imitaciones que hay por aquí. Por el camino, nos sorprendimos de la cantidad de la cantidad de establecimientos que ofrecen masajes: de pies, de espalda, tailandés, de testículos... (si, como leeis, estos deben ser los del "happy ending"). Además, hay infinidad de bares con espectáculo de ping pong incluido. Para los más castos y deportistas, os pongo un enlace que os aclarará a qué me refiero: http://en.wikipedia.org/wiki/Ping_pong_show (y no, Juan, no me dejaron entrar a verlo). Y es que Bangkok es una ciudad tradicional y moderna a la vez. De hecho, creo que jamás había visto tantas parejas gays y transexuales en un solo día. Es una ciudad manejable a pesar de su tamaño, moderadamente contaminada, asequible, limpia, con gente amable y provista de todos los servicios que uno necesita y con una buena parte de historia escrita en sus calles y templos. Sí, podriamos vivir en Bangkok.

¿Él o ella?

Al día siguiente era domingo y, para mas inri, el cumpleaños del rey (que aquí es como un semidios), ¿y qué se puede hacer una calurosa mañana de domingo? ¡Exacto! Hemos ido al rastro. Pero no un rastro cualquiera, no, el mercadillo más grande del sudeste asiático. Aquí hay literalmente de todo, desde ropa a comida pasando por cosas de decoración, libros, imitaciones de artículos de marcas caras...etc. Más de 200000 personas lo visitan cada día, así que os podéis imaginar ¿no?

A mi me ha hecho gracia el maniquí
¡Pantuflas para tod@s!

Casi lloro de la emoción al verlo

Y mañana comenzamos una nueva etapa, China. Dos semanas de viajar mucho, pasar frío y enriquecernos con la gran cultura de este inmenso país. La única pega es que quizá nos censuren el blog y no podamos actualizarlo hasta dentro de dos semanas, cuando lleguemos a EEUU. Así que, si veis que no hay novedades en unos días, pensad que es el final de la temporada y así cogeréis con más ganas la siguiente.

Como siempre, abrazos para ellos y besos para ellas.

Jorge

2 comentarios:

  1. Madre mía, que pasada!!!!
    Acabo de actualizarme, que hacia dias que no os leía. Seguid disfrutando tanto de ese maravilloso viaje que estais teniendo. Creo que nos teneis a todos como locos de la envidia que nos dais! :).
    Cuidaros mucho chicos!!
    Un besazo enooooooooooooooooooooooooooorme!!

    Marta

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  2. Martica: Nos alegra leer tu comentario, porque eso significa que la gente aun nos lee un poco ¿no?
    Ya sabes, mira a ver si te sacas el cursillo de submarinismo y nos vamos todos a ver peces.
    Un abrazo

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