Por tierras zapatistas

Y ojo, no confundirse con ZP, que esta gente sí que tiene un par y defiende hasta las últimas consecuencias lo que debería ser un hecho en todo país democrático ¿o no? Al menos, así me lo vendieron a mí…

A la entrada de multiples poblados en Chiapas

A lo que vamos. De camino a la selva mexicana, nos despedimos temporalmente de la sorprendente costa mexicana, y os dejo unas fotos para que veáis que lo que decía Ingrid es cierto. Ni una ola en mar abierto…

Las gaviotas de relax en un pedacito de arena

Tras disfrutar de otras 6 horitas de bus, llegamos a Palenque, un pueblecito en mitad de la selva que tiene poco que ofrecer, salvo una avenida central llena de restaurantes locales mexicanos  y  tiendas de abarrotes (la típica tienda de pueblo), que culmina en un parque lleno de vida donde, a última hora de la tarde, se puede oír música mexicana. El pueblo tiene importancia por las dos visitas que se pueden realizar desde allí: el poblado maya del mismo nombre y las cascadas de Misol-Ha y Agua Azul (gracias Isabel por la recomendación).

A las primeras fuimos en un  día nublado (menos mal, porque si no, nos cocemos vivos). Están a 9 km del pueblo y tan sólo tienes que parar 5 segundos en la carretera para que una furgoneta colectiva te pare al ver la cara de turista, te grite por la ventanilla: “¡ruinas!” y te subas para ser transportado por 10 pesos (unos 60 cts.). Pese a no ser tan conocidas como las de Chichén-Itzá, a nosotros nos gustaron más. Para empezar por la ubicación. Al estar en mitad de la selva, puedes (y debes) caminar por ella para acceder a algunas de las ruinas, pasar al lado de ríos, cascadas de agua, ver monos de liana en liana…etc. Por otro lado, están menos masificadas y, como se ha debido de matar menos gente, se puede acceder a su interior, subir a algunas construcciones y admirar las vistas desde arriba (cuando recobras el aliento porque, pese a ser bajitos, debían de tener piernas potentes para subir  unos escalones que les debían de llegar a la cintura). Pues eso, que 1-0 para Palenque.

Pues sí que eran pequeñitos, sí

¡Vamos Ingrid, que ya queda poco!

Al día siguiente nos fuimos a ver las famosas cataratas. Volvió a amanecer nublado, lo cual le daba un cierto interés. Imaginad, una furgoneta como la de Manolo y Benito, conducida por un mexicano con una sola mano, por una carretera como las viejas del Pirineo, con más curvas que una guitarra, más estrecha que la raja de un pistacho y con una visibilidad de unos 5 metros... mola ¿eh? No obstante, fue uno de los mejores viajes de mi vida. Poco a poco, la niebla se fue disipando, dejando paso a un cielo azul con un sol brillante que daba aun más intensidad a los colores. Es curioso el cambio en pocos kilómetros de las playas caribeñas a las selvas del interior. Es un paisaje impresionante, que sobrecoge por la densidad y el color de la selva, los poblados mexicanos llenos de gente en las calles y los campos, y el azul del cielo. Sobre todo tiene color, mucho color. Al ir adentrándonos, fuimos pasando por incontables puestos militares del ejército para tratar de controlar a los zapatistas del subcomandante Marcos (EZLN).

Se respira ambiente zapatista

El internacional y omnipresente fútbol

La primera parada fue en la cascada de Misol-Ha. Una impresionante caída de agua que tiene, además un paso posterior para acceder a una gruta. Fue divertido intentar no caernos al agua por las resbaladizas (o resbalosas, para los de aquí) piedras y, a la vez, hacer alguna foto.

La "furgo"

Misol-Ha por delante

 

Y por detrás

Preparado para carnaval con mi disfraz de lechuga gigante

Después, a las de Agua Azul, que deben su nombre al color que adquieren sus aguas debido a los minerales que transportan tras su paso por terreno kárstico. Son increíbles, la verdad, aunque debido a su “peligrosidad” no te permiten bañarte más que en la zona tranquila… ¡Sosos!

Aquí no te puedes bañar ¡Uh, que miedo! ¿Será por la gran altura?

Esta zona es más turística y está abarrotada de puestos de comida y artesanía atendidos muchas veces por niños. Y este es otro tema que nos ha llegado al alma. Los últimos días, principalmente en la zona de Chiapas, nos hemos encontrado con restaurantes atendidos por niños de 9-10 años, puestos de mercadillo, niños vendiendo elote (mazorcas de maíz) en la carretera a través de las ventanillas de los coches, y hasta una niña de 5 ó 6 años pidiéndonos que le “regaláramos” un peso mientras intentaba que no se le cayera su hermana de meses a la que llegaba colgando y sujeta en un paño grande. Lamentable, muy lamentable, ni siquiera en India vimos tanta explotación infantil…

¿Y cómo es la gente en México? Pues en general, muy agradable, la verdad. Casi todo el mundo (incluyendo a los que no nos quieren vender nada), te trata con respeto y educación, con una sonrisa y deseándote muy buen día o buen viaje. Eso sí, hay un subgrupo, principalmente en algunos comercios, digno de mencionar, que son los “hablamuchoquenoteescucho”. Situación: Ingrid y Jorge entran a un bar a comprar tacos o tortas o güatever (lo que sea). Los empleados, mirando una telenovela a todo volumen, no se enteran de que hemos entrado. Finalmente, alguien se percata de nuestra presencia. Saludamos. No saludan. Se marchan a otro lado o se giran a seguir mirando la telenovela. Ingrid y yo nos miramos con cara de sorpresa. Y nos piramos, lógicamente, que para eso tienen más puestos de comida que bares en España.

Por otro lado, quiero aprovechar esta entrada, para mostraros algunos curiosos carteles que nos hemos ido encontrando por el camino

Ketchup-Catsup (Los Simpsons)

Como la "h" es muda, se puede poner (¡jodo, y es la casa de cultura!)

En un autobús

¿Y cómo lo hacen? ¿De una patada?

Jose Carlos, esta va para ti

A más de uno invitaba yo a un coctel grande de "ostión"

Nada, como el que prohibe usar el móvil...

De estos no hemos visto aún

Casi lloro de emoción al leerlo, y de pena al ver a que se refería

Aqui, echamos el cerrojo y subimos las ventanillas ¡jodo, petaca!

Y otro que no pudimos fotografiar, pero que referido a una excursión, decía: "For this excurstion we live at 6 am and caming back at 6 pm. Fuil day tours" ¡Que viva el mexicanglish!

De momento aquí lo dejamos, camino de San Cristóbal de las Casas, para sumergirnos aun más en las culturas indígenas y visitar el impresionante cañón del sumidero. Pero esa es otra historia...

Antes de despedirme, quería comentaros otro tema. La verdad es que no sabemos si funcionará, porque vemos que el asunto “comentarios” está algo muerto últimamente, pero lo vamos a intentar, al menos para los fieles.

Sabéis que el blog no terminará con el viaje, ya que haremos algunas entradas especiales, con las mejores fotografías, un resumen de todo lo que hemos hecho estos 4 meses y que nos ha parecido  especialmente importante y un desglose de lo que nos ha costado económicamente y del material, por si a alguien le interesa emularnos. Y otra cosa que creemos que puede ser importante es una especie de “entrevista”, pero realizada por vosotros. Nos gustaría que, si os parece bien, nos fuerais enviando preguntas sobre el viaje para, al final, hacer una entrada con las mismas respondidas por nosotros; cosas que os interese saber del viaje, curiosidades, intrigas, no sé, lo que os apetezca. Lo único que pedimos es que las vayáis mandando ya para que nos dé tiempo a pensar y escribir la respuesta antes de acabar el viaje. Podéis enviarlas por email (aniento@hotmail.com o ingrid_energy@hotmail.com), por facebook (mañico, agréganos y así te ponemos cara, que algún día nos cruzaremos por Zaragoza y como no nos saludes tú…) o por el blog, como queráis. Si os parece interesante lo llevaremos a cabo, si no, las contestaremos a título personal, vosotros decidís. La idea es nuestra. La decisión de realizarla o no, vuestra.

Así que nada, ahora sí que me despido para seguir disfrutando de esta sinuosa carretera selvática, intentando no volcarme del asiento en cada curva…

Que la fuerza os acompañe

Jorge