viernes, 5 de noviembre de 2010

De camino a cielos más azules

Cuando volvimos de Varanasi  (14 horas de coche) el conductor nos dejó en el metro de Delhi, primera vez que no nos dejaban en la puerta de nuestro alojamiento. Y jodo. Qué aventura, quién nos lo hubiera dicho, después de coger sin problemas tanto metro el primer día en Londres… Para empezar, aquí la seguridad es muy fuerte, incluso en el metro hubo que pasar por un detector de metales (y en el aeropuerto ya ni hablamos, la policía está por todos lados, no puedes ni entrar en el aeropuerto si no tienes vuelo, los tíos van con la escopeta al hombro, nos cachean a todos sin excepción… para que luego digan de los americanos, ja, me río yo de la seguridad americana). Bueno, cuando llegamos al andén del metro, estaba a punto de irse, así que nos subimos en el primero que pillamos. Se cierran las puertas. Miro a mi alrededor, noto algo raro. “Jorge –digo-, son todo mujeres…” ¡Nos habíamos metido en el vagón Only ladies! Se oyen risitas por todo el vagón, yo muerta de la risa y Jorge muerto de vergüenza. Así que en la siguiente parada salimos corriendo otra vez, nos vamos a uno que no sea rosa, y cuando entramos y se cierran las puertas, otra vez: “Jorge, son todo hombres…”. La misma situación, pero sin risitas contenidas de los hombres, son más sosos, está claro… Menos mal que eran sólo dos paradas, a saber qué nos hubiéramos encontrado en el siguiente vagón, jajaja…

No hubo forma de llegar al hotel que habíamos visto por internet, pese a que tres indias nos ayudaron muchísimo, llamando por teléfono y demás para localizarlo. Nos subimos a un tuk tuk y buscamos algún sitio de internet para buscar otro alojamiento majete. Y en ello estábamos cuando un indio afincado en Nueva York nos ofreció llevarnos a su hotel que estaba al ladico, y que estaba muy bien, según él. Con él y su mujer fuimos, hay que ver cómo le hablaba la mujer al de recepción, cosas del tipo “Ni se os ocurra timarles” y “Portaos bien con ellos, estoy al loro”. Menudo carácter. Pero es que aquí, no sé muy bien si por el sistema de castas antiguo o porque sí, los clientes tratan muy mal a los sirvientes, tanto a los de un hotel, como a los que conducen un tuk tuk, o lo que sea. A nosotros no se nos ocurre tratarlos así, pero claro así nos ha ido en India…  Desde aquí, nuestro más sincero agradecimiento a esta pareja, que tanto se preocupó por nosotros. La siguiente vez que nos vimos, una india estaba intentando cogerme la bolsa de patatas que llevaba en la mano (ilusa, con mis patatas no se juega) para dársela a sus hijos, según ella, y la mujer (a la que no habíamos visto aún) le gritó desde el otro lado de la calle que dejase quietas mis patatas, y que se fuera a freír espárragos. Ya os digo, mano dura…
Nuestra mosquitera anti-Anopheles, hay que prevenir la malaria... ¿a que queda acogedor?

Y ayer estuvimos de paseo por Delhi. Y ratificamos lo que ya pensábamos: no nos gusta absolutamente nada esta ciudad. Qué agobio. Cuánto ruido. Cuánta suciedad. Cuánta mierda en el aire, el sol no se ve. Cuánta gente. Cuánta gente intentando timarnos. Todos intentaban que subiéramos a un tuk tuk y nos fuéramos con ellos a una oficina de turismo. Lo llevaban claro. Qué diferencia con Varanasi, la verdad. Aquí era un poco triste sentir que no puedes ni preguntar por una dirección, que es mejor apañarte solo, aunque tardes más. La anécdota fue mía otra vez, me tenía que hacer fotos para el visado de Nepal y me las hice en un chiringuito acondicionado para ello. Qué majicos, cómo miraban todos, y yo que no hacía más que cerrar las ojos con el flash, como siempre, y ellos descojonándose de mí… En fin.
La foto no es muy buena, a Jorge casi no le dió tiempo, pero se ve que eso daba a la calle directamente, así que todo el que pasaba se asomaba a ver qué se cocía...

Además, hemos tenido mucha suerte (sin ironía), ahora es el Diwali, una fiesta súper importante en estos países. Es de carácter religioso, y por abreviar diré que es una mezcla de nuestra Navidad y Año Nuevo, todo junto. Este año ha caído en 5 de noviembre (o lo que es lo mismo, el viernes de la quinta semana del quinto mes oscuro de su calendario, o algo así, un follón), ayer todo el mundo estaba de compras porque se hacen regalos (rollo día de Navidad), y hoy era fiesta nacional, aprovechan para pintar sus casas, tirar lo que ya no quieren, hacer las paces con sus enemigos (rollo Año Nuevo)… El barrio en el que estábamos (Karol Bagh) parecía un mercadillo en sí, la primera vez que veíamos algo parecido. Además, adornaban las calles con luces, y había un aire festivo muy majo :)

Las calles adornadas, igualicas que la calle Alfonso en Navidad, jejeje...
Incluso el aeropuerto estaba decorado, lo del suelo es arroz pintado :)

Ahora que estamos en el aeropuerto (he sentido auténtica emoción cuando he reconocido un lugar en el que nos podemos mover libremente, como pez en el agua, nos apañamos solos, está occidentalizado, en resumidas cuentas), hacemos un resumen de lo que nos ha parecido este país. No ha sido ni de lejos la experiencia más traumática de mi vida (y es que un día dije que me estaba mentalizando para ello), pero tampoco creo que volvamos. Ha sido un pelín corto, en seis días te tienes que pegar una paliza elegante para ver lo básico, pero creo que quince hubieran sido demasiados días. India no ha cambiado nuestra forma de ser, como dicen otros. Simplemente, es otro país con otra cultura (muy diferente, eso sí), pero ha sido muy interesante. También hemos tenido suerte, porque no nos ha ocurrido nada malo, teniendo en cuenta lo que comenta la gente en foros y demás. Han intentado timarnos, pero no lo han conseguido (al menos, no de manera muy escandalosa porque no nos hemos dado cuenta), no nos han atracado, en fin, ha ido todo bien. Pero ya está todo el pescado vendido, no tenemos nada más que hacer aquí, nos quedamos con Varanasi en general, el Taj Mahal en particular, con los amaneceres entre la bruma que veíamos desde el coche y con la experiencia de ir en tuk tuk por medio de eses tráfico tan intenso.

Haciendo fila en inmigración, se han quedado sin wifi JUSTO cuando le tocaba a Jorge... casi una hora esperando todos,  hasta nos hemos sentado...

Ahora a Nepal, un destino que esperamos con muchas ganas, necesitamos un poco de tranquilidad, un cielo azul y puro a poder ser, un poco de vida sana haciendo algo de ejercicio al aire libre. Un par de días en Katmandú, y el domingo salimos hacia Pokhara, desde donde empezaremos el trekking hasta el campo base del Annapurna.

Así que hoy, hasta aquí puedo leer. Un abrazo a todos, y hasta la próxima entrada.
Ingrid

P.D. Mirad lo que ha encontrado Jorge, se nos saltaban las lágrimas al leerlo. Real al 100%: http://www.losviajeros.com/foros.php?t=156515

1 comentario:

  1. Buenísimo Ingrid!jjaj me he partido con muchas cosas, lo del metro me ha matado! como dices, menos mal que eran dos paradas...

    Qué pena que un país que podría hacernos ver el mundo de otra manera y que parece tan interesante se empañe por esa falta de seguridad y civismo, lo de ir con miedo por la calle y sin poder fiarte de nada ni nadie durante toda una vida tiene que cambiar tu forma de ser, menos mal que no os pasó nada!

    Y lo de conducir ni te cuento, he leído el enlace también y está muy bien, muy gracioso (leído desde un ordenador en mi cama claro).

    Ala, a seguir coleccionando experiencias!

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