domingo, 30 de enero de 2011

Especial de enero: ¡¡mi cumple!!


Hola a todos, esta entrada va a ser cortita, porque sólo va a tratar sobre mi cumpleaños. Puede parecer un poco ególatra, pero como muchos de vosotros habéis participado en él, quería que supierais a qué habíais contribuido exactamente :) ah, y al final de la entrada habrá una novedad (y no, no estoy embarazada xD)

Bueno, dos días antes del día C (C de Cumpleaños) Jorge me contó en qué iba a consistir el tema: os había pedido a unos cuantos que le mandarais una felicitación para mí sin poner el nombre, y así yo tenía que adivinar de quién procedía. Así que cada vez que me daba uno, y lo acertaba, me daba una pieza de un puzle, hecho por él. Me pasé dos días jugando a adivinar quién se había acordado un ratito de mí y le había mandado a Jorge la felicitación :) y fue muy interesante, hubo a quien en la primera línea ya sabía quién lo escribía, algunos que fueron muy, muy divertidos, y otros (sólo dos, menos mal) que casi no saco…

Así que con el primer puzle (había dos, uno para cada regalo) obtuve un jeroglífico:

El pobre tuvo que hacer el jeroglífico deprisa y corriendo cuando justo me metí a la ducha, jajaja...


Y bueno, ODIO los jeroglíficos (así, con mayúsculas). Soy súper torpe con esas cosas. Ponme cualquier otro tipo de pasatiempo, pero no me pongas un jeroglífico de esos que no lo saco ni a tiros… Lo único que soy capaz de hacer es una lluvia de ideas con las primeras chorradas que me vienen a la cabeza. Y Jorge, muerto de risa, tuvo la delicadeza de anotar alguna de ellas:

-    Mi tirolino (esta aún podía tener algún sentido, después de todo, igual me llevaba a unas tirolinas…)
-    Fabala red (¿¿Pero esta?? ¿¿Qué sentido podía tener??)

Por cierto, aquí se puede observar mi gran conocimiento musical, ya que esa nota no es ni mi ni fa, sino re. Pero en fin, es algo que tampoco trato de ocultar…

A estas alturas, ¿alguien ha sacado el jeroglífico? Bueno, pues era retiro maya. Vamos, porque Jorge me echó un cable (bastante gordo, he de decir) que si no aún estoy intentando sacarlo, jajaja…

Y lo de retiro maya eran unas cabañitas muy monas a pie de playa en Tulum (website del sitio). Ecochics, o algo así (vamos, que son muy monas pero respetando el medio ambiente). Así que hacia allí nos fuimos, desde Isla Mujeres a Tulum, el día antes de mi cumple, para pasar dos noches súper agradables :)

Por eso, la mañana de mi cumpleaños me levanté con el mar a veinte metros de mi cama y el sol entrando a raudales por la puerta de la terraza. He pasado muchos cumpleaños en la biblioteca, creo que una de las razones para acabar la carrera era disfrutar, al menos una vez en la vida, de un día así. Y que conste que he puesto al menos, jejejeje…

Cuando me levanté :)


Esta foto ya la conocéis algunos, ¿eh? Jejeje...


Total, que ese día no hicimos nada más que tomar el sol en la playa, hacernos fotos haciendo el tonto, pasear por la orilla, comer en un restaurante pero con los pies en la arena, hablar con familia y amigos por Skype… 



Cóctel de pulpo, es que quedaba muy graciosa la foto :)



Ah, y también monté el siguiente puzle. ¿Y a que no sabéis qué había en él? ¡¡OTRO P… JEROGLÍFICO!! De este no tengo foto, pero después de otro buen rato de chorradas varias, supe qué decía: delfín. ¡¡ME IBA A NADAR CON DELFINES!! Creo que es uno de los mejores regalos que me han hecho nunca (Chiqui, sé que eres un gato y que no sabes leer, pero por si acaso, no te ofendas, a ti también te quiero mucho). Era algo que no me llamaba mucho la atención antes de pensarlo seriamente, pero si luego te paras a pensarlo ¿quién no querría bañarse con los delfines, y sobre todo, sobre todo, acariciarlos? Y darles besos, achucharles… es que son taaaan simpáticos…

Y esta es la razón por la que he tardado tanto en escribir esta entrada, porque hasta esta mañana no he ido a bañarme con ellos :) y bueno, los que lo hayan hecho ya saben lo que se siente, y los que no, intentad hacerlo, porque es muy, muy agradable. A mí me entraban ganas de tirarme a la piscina todo el rato a seguir achuchándolos, jijiji… Menos mal que soy adulta y me controlo xDD

Hemos estado sólo cinco personas (dos parejas americanas y yo, Jorge se ha quedado fuera haciendo de paparazzi) y teníamos dos delfines, Poseidón y Alexia. Hemos practicado distintas cosas: un besito en los morros, otro en la mejilla, cogerles en el agua, acariciarles la tripa, que te hicieran girar en el agua, que se pusieran de pie y los cogieras de las aletas… Y los mejores, cómo no: que entre los dos delfines, cogiéndoles de cada aleta dorsal, te pasearan por la piscina; y el top one: ¡¡ponerte de pie en sus morros y que te llevaran por el agua!! Bueno, eso ha sido mi momento cumbre, desde ahí ya no me he quitado la sonrisa en todo lo que me quedaba :D Por cierto, que menos mal que Jorge se ha quedado haciendo fotos, porque cuando hemos ido a ver las profesionales nos cobraban ¡¡25 dólares por cada una!! Así que las nuestras no son tan profesionales, pero para tener un recuerdo del día de hoy voy que me mato :P

Caricias...

Besito en los morros...

Más caricias...

Jugando con la pelota...

Bailando (esta me encanta, más que nada por la "cara" del delfín)

Llevándome...

Llevándome otra vez... yuju!!

Bailando otra vez :)


Después de eso, mi pack incluía un baño con mantas raya y tiburones. He de decir que eso ya no me hacía tanta ilusión, pero no me iba a quedar fuera, eso estaba claro. Así que pa’dentro, con gafas para poder ver bien. La verdad es que sólo había un tiburón y estaba todo el rato en el fondo, huyendo de nosotros, así que sin peligro (papá, ya he pasado lo peor del viaje :P)



Y también me han metido con un manatí, que viene siendo una mezcla de foca y elefante, para hacerme una foto (y acariciarle un poco, aunque me quedo con la piel de los delfines, esta casi daba hasta asco, con eso de que tiene algas pegadas y demás, ug…)

Con el manatí, ¿también come lechuga en el mar?


Así que en eso ha consistido mi cumple este año. Empezó hace dos semanas en Arizona con mi familia, continué recibiendo regalos en Miami, y después de pasar dos días en la cabaña de Tulum he culminado bañándome con los delfines. Como dice Jorge, la única forma de superar esto el año que viene será regalándome un paseo en unicornio, jajaja…

Gracias cariño, me lo he pasado genial, ¡te quiero!


Al final no ha sido una entrada muy cortita, precisamente,  así que espero que Jorge encuentre hueco en la próxima entrada para contaros la novedad :P

¡Un abrazo a todos!
Ingrid

martes, 25 de enero de 2011

¡Viva México, cabrones!

Y llegamos al Caribe. Cancún nos recibió con su agradable temperatura y su, no tan agradable, sensación de humedad. Nada más llegar, tenía que comprarme unas gafas de sol, ya que las mías se habían roto y el dependiente, pensando que era gringo (aquí, si no pareces mexicano, eres gringo hasta que demuestres lo contrario) me habló en inglés. El compañero, que me había oído hablar en español le dijo: "habla maya"; ¿maya? ¡coño! Así que hablo otro idioma nuevo. Pues nada, si es que viajar te enriquece culturalmente sin que te des cuenta…

Mis gafas nuevas ¿A que se ve mejor la vida con ellas?

Tras sacar pesos mexicanos en el cajero y más contento que un chico con zapatos nuevos con mi nuevo idioma, esquivamos a los amables señores que ofrecían traslados a la zona hotelera y nos subimos en el autobús de línea. Desde Cancún aún teníamos que llegar hasta el puerto para coger un moderno ferry (con wifi gratis y todo) que nos llevaba hasta nuestro destino: Isla Mujeres (ver foto de la entrada anterior).

Ésta es una pequeña isla (8km de largo y apenas uno de ancho) que se encuentra frente a la costa de Cancún. La elegimos con la idea de que nos aislaría un poquito del tumulto de su abarrotada vecina y, la verdad, así fue.  En temporada alta, la gente acude desde Cancún a pasar el día y sus tranquilas playas se  saturan de grupos de gringos con ganas de juerga (durante el Spring Break, en Semana Santa, es tradición ir a Cancún a salir de fiesta, beber y f… vamos, como en Salou) pero ahora se podía pasear con tranquilidad.

Al día siguiente nos acercamos a la mejor playa de la isla y disfrutamos de unas aguas cristalinas y poco profundas y de arena blanca como la nieve que refleja un sol que ya pica desde las 7 de la mañana. 

Se nos nota el estrés en la cara ¿eh?




Por la tarde, paseíto por el pueblo rechazando, ora en inglés, ora en maya,  algunas tentadoras ofertas como esta:

Mexicano chaparrito:
¿Italiano?
Jorge: No, español
MC: ¿Quieres porros?
Jorge: Estoooo, no gracias

¿Ofrecían porros a todos o solo a los españoles?
Y otra reflexión: ¿por qué en España tenemos señales de STOP y en México, descendiente de nuestra patria tienen estas otras claras y autóctonas señales?

Por la mañana decidimos ir al otro extremo de la isla dando un paseo. Para ello hay varias opciones de alquiler: bicicletas, motos y carritos de golf. La verdad es que no tenía mala pinta el carrito, pero decidimos estirar las patas y optamos por usar la tracción animal.

Lo primera parada fue en “La Tortugranja”. Sí amigos, gran nombre para una gran iniciativa. Antiguamente, las tortugas marinas acudían a las playas de la isla a desovar. Un tiempo después, cuando las tortuguitas rompían el cascarón, se metían de nuevo en el mar para continuar otro ciclo vital. Pero desde que la isla se llenó de gente, coches, construcciones…etc. muchos huevos eran destruidos, por lo que se construyó este criadero. Los trabajadores hacen guardias nocturnas durante la época de desove, recogen los huevos y los llevan a la tortugranja para asegurarse de que nacen y crecen en condiciones. Después depositan las tortugas en el mar. El año pasado salvaron 62000 tortugas. Por el módico precio de dos euros, puedes apoyar la causa y ver la granja. Merece la pena. 

Las fotos tortugueras van dedicadas a Isabel (prima de Ingrid)

Vimos tortugas pequeñas

Tortugas más grandes (a esta la tengo medio amaestrada)



Caballitos de mar pequeños
 
Y caballitos de mar grandes
A la vuelta, entramos en la “Hacienda Mundaca”, que es el lugar donde vivió el pirata que le da nombre. Construyó una casa con laguito para su enamorada, una joven india, pero ella se casó con otro, así que se deprimió, se le fue la cabeza y se construyó su propia tumba (con tibias y calavera, cómo no), pero antes de morir, se largó de la isla, dejando su tumba vacía en el cementerio del pueblo.

En la hacienda

Las escaleras de subida a la planta de arriba. Debía de calzar un 22


La X marca el lugar. ¿La veis?

Ya de vuelta, aproveché para meditar y depositar los “malos pensamientos” en una piedra filosofal que había junto a un pequeño acantilado (haced click en la foto para ampliar).

Dedicada a los amerimejicanos de Phoenix. Sabéis de que capítulo de Scrubs me acordé ¿no?

La verdad es que, a pesar de ser una isla pequeña, nos ha gustado bastante. La única nota negativa es que, nuevamente, hemos tenido que enfrentarnos a los “listillos” que, a la menor ocasión, tratan de sacarnos los cuartos engañándonos sin pena alguna. Os pongo algunos ejemplos vividos en menos de 72 horas:

Botella de cerveza a 20 pesos. Me cobra 30 por el casco (¡50% de más!). Al día siguiente se lo devuelvo y le pido mis pesos. Me los da con mala cara.

Otra tienda, misma botella, 28 pesos. Le pregunto si es por el casco, me dice que sí. Le pregunto si me devuelve el dinero cuando le traiga el casco. Me dice que no, que así, el casco es mío y puedo hacer lo que quiera con él. Se queda la botella (y yo, mis pesos).

Supermercado: 12,70 pesos. La cajera nos cobra 13. Le preguntamos por qué. Nos dice que “no manejan monedas pequeñas”. Nos vamos con cara de ababol.

En un chiringuito, tras pagar con tarjeta, le doy 20 pesos de propina al camarero. Los coge y los echa al bote de propinas sin dar las gracias. Al coger el recibo de la tarjeta, veo que han cargado ya un 10% de propina sin decir nada, así que le digo que abra el bote y me devuelva la pasta. Lo hace con mala cara.

Pero en fin, son pequeñas anécdotas que hacen ameno el viaje (y de paso, el blog).

Por otro lado, también podemos contar que hay un pedacito de Aragón en esta isla. Sí, sí, ¡tienen vino del Somontano en el Caribe! Si llego a ver una ambar, me sincopo.

Arantxita ¡a tu salud!

Eso sí, nosotros, ahorradores y de la madre patria: pan Bimbo y aceitunas con anchoa de Sevilla ¡Olé!
Aclaración: he tachado lo de Bimbo, porque tras 30 años de pensar que era originario de España,  me entero ahora que viene de México. Gracias Abdiel, pero espero que la ambar siga siendo nuestra...



También tienen una cantidad de lagartos tal, que tienen que poner señales de tráfico, como en nuestras cañadas, vamos.

La señal
El bicho
Antes de despedirnos de la isla, nos acercamos a ver la puesta de sol, que tampoco tenía desperdicio.




Así ha comenzado la aventura caribeña. Los próximos pasos nos llevarán a conocer el resto de la Riviera Maya antes de cruzar el Yucatán y visitar Chichén Itzá. Pero antes, tendremos una entrada especial de cumpleaños que Ingrid os relatará en breve, así que estad muy atentos y comentad, que ya sabéis que el que más comente tendrá premio especial.

Esta va dedicada a todos aquellos que nos empujais a seguir escribiendo:



¡Un abrazo, cabrones!

Jorge

P.D. Para los que os hayáis asustado con el exabrupto, he de deciros que, aquí en México se usa como sinónimo de amigo o cuando no se conoce el nombre de la otra persona. Imaginad mi cara al pagar un hotel cuando el dueño me dice: "firma aquí, cabrón…"

viernes, 21 de enero de 2011

La aventura continúa: Cancún, ¡allá vamos!


Aparte de la escapada a Los Ángeles, que Jorge contó de una forma tan amena, en Phoenix nos dedicamos fundamentalmente a descansar, dar paseos y buscar trabajo. También han sido días de reuniones sociales, celebraciones y cenas :) como por ejemplo, un, dos, tres, responda otra vez, ¡¡MI CUMPLE!! Sí, ya sé que aún faltaban unos días (para los despistadillos, es el 24), pero me engañaron como a una tonta (no valen chistes fáciles) y fuimos a cenar con los vecinos a un japonés. Teóricamente era una cena de despedida porque nos íbamos dos días después, pero después de cenar aparecieron los camareros con una tarta de chocolate (jo, es que me conocen súper bien :D) y me cantaron todos el cumpleaños feliz en japonés (bueno, supongo que era japonés, estaba lloriqueando y no se me ocurrió preguntar, así que adjunto vídeo, a ver si alguien sabe qué idioma es, o qué dicen, no vaya a ser que me estén echando mal de ojo o algo, jajaja...). Y luego tuve regalos y todo, así que este año mi cumple está empezando muyyyy bien :) yupi!!!
La sección femenina, con la compañía de Maru (vecina y amiga)

...y la sección masculina, con Ben (vecino y amigo, jejeje...)



Por cierto, Arantxa, aquí también lanzaron comida, pero ni punto de comparación con la tortilla de aquel día ;)

Al día siguiente los engañamos para ir toda la familia a subir a una montañita que tienen allí, porque llevábamos un mes viéndola todos los días y Jorge tenía mono de montañismo después de lo del Himalaya. Al final eran como 300 m de desnivel (el Jorge’s gozo en un pozo), pero hay que reconocer que había unas vistas muy majas de la ciudad. Y que menos mal que sólo eran 300 m, porque acabó subiendo solo, jajaja, los demás nos fuimos quedando por el camino. Ay, chico, es que después de tantos meses sin hacer ejercicio, daba mucha pereza. Y subir, para volver a bajar, es tontería, que las vistas eran parecidas 50 m más abajo :P

Es que realmente parecía que estaba muy lejos, y que iba a ser muy grande...

Llevábamos tiempo sin una de estas, ¿eh?

Casi, casi arriba: ¡¡campeones!!

Así que este lunes volvimos a sacar las mochilas del armario, la ropa de los cajones y nos pusimos en marcha otra vez. Qué pereza, después de casi un mes parados. Y qué pena tan grande en el aeropuerto, porque a saber cuándo volvemos (aunque he de reconocer que esperamos que sea pronto…). De todas formas, lo de ponernos en marcha era relativo, porque antes de volar a México aún quedaba otra parada: Miami. A casa de otro hermano de mi madre, Mark. Y es que hay que tener familia hasta en el infierno, que así te acogen :) Así que hemos estado los tres últimos días a una temperatura de 25 grados más o menos y con solecito, así nos vamos preparando para Cancún y para que el cambio de temperatura no nos afecte tanto :D
Miami Beach desde el avión. Lo que está debajo del ala del avión es la playa propiamente dicha, las zonas ovaladas son como urbanizaciones privadas de ricos y famosos...

Mark y Catalina son amerivenezolanos, ya veis que en mi familia no hay prácticamente ningún gringo puro, y yo creo que por eso nos divertimos tanto con ellos. Catalina, de hecho, es venezolana y próximamente también española (concretamente andaluza), ya que gracias a sus orígenes españoles está solicitando su pasaporte español. Y como le gusta tanto España (y Norma Duval, jeje), pues a lo mejor se toman un año sabático y nos hacen una visita :) ¡¡Nosotros les esperaremos con los brazos abiertos!! 

Con Mark y Norma, digo, Catalina ;)


Aparte de desayunar en el jardín cada mañana (lo siento, pero si no lo digo, reviento) un día fuimos a pasar el día a Miami Beach, cómo no. 

Si hacéis click veréis el cartelito


Qué momentos tan duros. Este, hablando por Skype después de desayunar.

No necesito comentar nada más :P
Bueno, si en Los Ángeles vimos pasta, aquí ya fue la bomba. Sobre todo porque en Beverly Hills no alcanzamos a ver las mansiones, sólo la puerta, pero aquí, como tienen el yate en la puerta (literalmente) necesitan un canal, y desde el otro lado podíamos ver la casita y el barquito. Suspiro. Y coches caros por todas partes, claro. Suspiro otra vez. Aquí no puedo por menos que poner esta canción: 
¡Pedazo de casa y pedazo de yate!

Ferrari (sí, aparcado en la calle como si nada)

Otro Ferrari (discretito también)

Lamborghini (Jaime, ¿te suena?)

Y por fin, un Mustang del 67, o eso creemos. Miguel, esta también va por ti :) y si no es, seguiremos intentándolo...
 
La playa muy maja, como todo lo americano, muy grande, con gente haciendo deporte y demás. Justo llegamos al atardecer, y como estamos en la otra costa ya no tuvimos el sol poniéndose sobre el mar, pero estaba la luna casi llena, así que nos conformamos. Yo creo que al final del viaje haremos un ranking de mejores puestas de sol con vuestra ayuda :)





También tuvimos tiempo otro día para acercarnos paseando hasta una zona comercial donde Catalina tiene su tienda de joyas, Xotica, donde vende unos collares y unas pulseras (y pendientes, vende de todo) súper originales y bonitos, todo hecho a mano (así que cada pieza es única) combinando oro, plata y piedras semipreciosas. Os pongo unas fotitos para que veáis qué estilo tienen (y la web, aunque sé de buena tinta que van a hacer una con muchas más fotos: Xotica). Y me gustó tanto la tienda que, ¿¿a que no adivináis?? ¡¡TAMBIÉN ME HICIERON REGALO DE CUMPLE!! Así que, que sepáis que los collares y pendientes que lleve a partir de ahora en las fotos son de Xotica :) yupi!! Desde aquí, ¡¡muchas gracias otra vez!!



Con parte de la familia (no, el bebé no es mío, pero es que era muy simpático)

En una fiesta anoche. Ella sí que era la madre del bebé simpático :)




Y esta mañana, ahora sí, nos hemos puesto en marcha otra vez. Peeeeeero, antes hemos llenado una caja con cosas para mandar a España, y entre ropa de abrigo, libros y regalos de navidad, nos hemos quitado unos diez kilos. Así que tenemos las mochilas medio vacías esperando a ser llenadas con cositas de México, jijiji (qué mentalidad tan femenina, jajaja).

Ahora os escribo esto desde el hotel de Isla Mujeres, una islita (y tanto, mide sólo ocho km de largo y menos de uno de ancho) que está justo enfrente de Cancún. Más barato y con más ambiente mejicano, menos gringo, por lo que se ve. Eso sí, estábamos viendo CSI Nueva York y una de las detectives (no sé cuál, me sacas de Grissom y yo me pierdo) ha dicho una frase que casi me caigo de la cama de risa: “Al primero lo disparó a mansalva, y a este le dio una cachetada y lo aventó por el barandao”, refiriéndose a que lo lanzó por encima de la barandilla… En fin, cosas del léxico mejicano :D

Sí, eso es Isla Mujeres desde el avión. Si os fijáis bien, se puede ver el turquesa del agua en el sur de la isla, jejeje...
 
Así que hemos vuelto a las andadas, retomamos la aventura un mes después, que lo echábamos un poco de menos. Pero sólo un poco, porque realmente queremos dar las gracias a las dos familias que tan bien nos han acogido. Se siente mucho calorcito humano cuando estás en la otra punta del mundo y te hacen sentir como en casa. Así que muchas gracias, a los amerimejicanos y a los amerivenezolanos. Realmente tenemos la sensación de que nos volveremos a ver pronto :)

Y a los demás, pues un abrazo muy fuerte, y ahora que hemos vuelto (menudo season break, ¿eh?) esperamos que os entretengáis con las entradas, que para eso son :)

Besos a tod@s,
Ingrid